El camino es hacia adentro...

Cada mujer vive en su tiempo el  impulso natural hacia su propia evolución y desarrollo espiritual, sin embargo, los 40 son una edad bisagra para todas, algunas antes y otras mas tarde, vivimos grandes crisis y desafíos existenciales.

Nosotras mismas podemos dirigir conscientemente ese proceso si accedemos a  nuestros recursos internos, o aprendemos herramientas que lo faciliten.

En cada sesión te ofrezco un marco de trabajo enfocado en tu propio proceso de cambio y transformación hacia el reencuentro con tu Ser Escencial.

Ellas cuentan su historia

Testimonios

 Sentía que todo en mi vida estaba fuera de control. Estaba totalmente desmotivada en mi trabajo, con un montón de problemas con mis hijos en casa, y atravesando una infidelidad con mi pareja. Estaba agotada de esforzarme con todo, pero nada parecía suficiente. Me sentía agobiada y ansiosa todo el tiempo.

 Me di cuenta de que estaba exigiendo y dando mucho mas de lo que recibía, me angustiaba darme cuenta de que estaba repitiendo la historia de mis padres y esforzarme por mantener todo bajo control, estaba destruyendo mi bienestar emocional. El proceso me ayudó a aceptar y sanar mi historia familiar, pero sobre todo que no necesito ser perfecta ni tener todo bajo control. Me di cuenta de que puedo ser yo misma, imperfecta,  sin perder valor.

 Hoy en día, me siento más relajada y presente. He dejado de buscar la validación externa y ahora vivo más para mí misma. Soy mucho más feliz y he aprendido a disfrutar de los pequeños momentos, de mis seres queridos,  sin tanto estrés.

Lo recomendaría sin dudarlo. Este proceso me dio las herramientas para vivir una vida más plena y libre de presiones.

 Antes de tomar el programa y las sesiones, estaba en una relación tóxica y sin saber cómo poner límites. Siempre me ponía en último lugar y sentía que mi voz no era importante.

Durante el proceso, me di cuenta de que llevaba años repitiendo los mismos patrones en todas mis relaciones. Empecé a identificar mis heridas de la infancia, especialmente el miedo al rechazo, y a trabajar en ellas. Tuve una relación muy difícil con mi madre. Fue revelador ver cómo eso afectaba todas mis decisiones afectivas.

 Logré establecer límites claros por primera vez en mi vida, y no solo en mi relación de pareja, sino en todas las áreas. Logré sanar la relación con mi madre, y ahora disfruto de nuestros encuentros. Ahora me siento más segura y valorada, no necesito demostrar nada para ser amada. Me siento en paz y dueña de mi vida.

¿Lo recomendarías? 

 ¡Absolutamente! Este proceso no solo me liberó emocionalmente, sino que también me dio las herramientas para vivir de manera más auténtica y aprender a priorizarme.

 Antes de las sesiones, me sentía perdida. Después de un divorcio difícil, no sabía quién era sin la identidad de "esposa" y madre. Estaba muy desorientada y sin rumbo.

 Me di cuenta de que llevaba años viviendo según las expectativas de los demás y no de mis propios deseos. A través del proceso, fui redescubriendo quién soy y lo que realmente quiero en esta etapa de mi vida. Fue un viaje profundo de autoconocimiento.

 Logré reconectar conmigo misma y redescubrir mi valor. Ahora, tengo una nueva dirección en mi vida y me siento empoderada, capaz de tomar decisiones que me benefician primero. La transformación ha sido increíble, me siento más libre y auténtica que nunca.

¿Lo recomendarías?

 ¡Definitivamente! Es un proceso que todas deberíamos experimentar al menos una vez en la vida. Me dio las herramientas para construir una nueva vida desde cero y sentirme completa.

No solo sané la relación con mi el papá de mis hijos, sane también el vinculo con mis padres, que siempre había sido difícil. Lo mas importante es que pude por primera vez, verme a mi misma, empezar a conocerme y tratarme de manera mas amorosa.